Perdón, verdades y nuevas etapas.
¿Qué como está empezando mi año? más convulso, imposible. Y con muchas conversaciones a corazón abierto.
¿Recuerdas cuando escribí la carta en la que reconocía mis errores? bueno, creo que es momento de sumar una más que ignoraba por completo pero de la que me siento toalmente avergonzada.
Hace un par de días tuve una conversación en la que esa persona, desde lo más profundo de su corazón (porque es una persona a la que le cuesta expresar emociones), me dijo que sentía que conmigo necesitaba mantener una vara tan alta que era agotador, también me comentó que sentía que yo era moralmente superior a él y que conmigo las opiniones incorrectas existían porque yo le hacía sentir que no podía pensar de tal o cuál forma porque soy intelectualmente superior.
Creo que nunca me había sentido tan avergonzada con alguien y conmigo misma porque solo me preguntaba a cuántas personas les he podido hacer sentir lo mismo… y tengo algunas consideraciones.
Lo primero, le pedí perdón a esa persona, porque no solo es importante para mí, sino que ha estado durante mucho tiempo en mi vida y no sé cuanto tiempo pudo haberse sentido así, y yo no lo noté. Creo que asumir una cuota de la responsabilidad que tengo con esa persona me hizo darme cuenta que estoy siendo coherente con la forma en la que interactúo con el resto del mundo, pero que al final del día, lo importante es no volver a repetir ese error.
Pero así como pude asumir esa cuota de responsabilidad que me toca, también puse sobre la mesa el hecho de que yo no pedí ser elevada a un nivel en el que no siento que esté y que no estoy, de hecho. No soy moralmente superior a nadie y tampoco soy la persona más intelectual del planeta. El detalle es que cuando tu narrativa es poner a una persona encima de ti, por la razón que sea, empiezas a verla desde un nivel superior mientras tu ves desde abajo. Es todo insconsciente, pero solemos hacerlo y eso dicta el curso de neustras relaciones.
Supongo que esta es la razón por la que busco personas con las que sentirme que me ven como su igual y yo a ellos.
Por poner un ejemplo, en algún punto de la conversación, me dijo que nunca está al mismo nivel que yo en conciencia, y justo ahí se percató que la narrativa la tiene él, no yo. Es cierto, llevo años en terapia y es inevitable cambiar y hacerlo para mejor, pero eso no quiere decir que sea una persona al nivel de Buda.
En las relaciones, nunca es una sola persona con un problema. Ambos tienen responsabilidad en lo que pasa. El problema viene cuando en vez de afrontarlo juntos, se empiezan a repartir culpas y saberse ganador. Pero nuevamente, cuando crees que tienes que ser tú el ganador o la ganadora, es inevitable que se inicie un círculo visioso de competencia de egos. Porque al final, es todo un asunto de ego.
Esta semana está siendo convulsa, estresante y muy solitaria. Justo a esa persona le decía que me siento en un momento de mi vida en el que soy yo la que cede o se adapta para que los demás se sientan bien, pero que nadie cede por mí o que nadie se adapta por mí. Y sentirse así es una mierda porque sientes que las personas te tratan por interés o porque quieren algo de tí y el cariño les dura hasta que obtienen de mí lo que quieren.
¿Hasta que punto me convierto en una fucking bitch por priorizarme a mí aún cuando sepa que alguien va a perder algo valioso? Darwinismo puro, es la sobrevivencia del más apto.
Me queda claro que a la gente le importa muy poco cómo yo me sienta respecto a algo, porque lo que importa es como se sientan ellos. Y así debe ser. Quizá la lección más importante al respecto es, y esto me lo dijo alguien también esta semana: “a nadie le gusta una persona demasiado buena, porque a los buenos los joden… ¿Dime que has ganado por ser incondicional con x?”… pues ahí está la respuesta. Me recordó a una persona que me dijo algo que me lastimó en la que me hizo sentir nuevamente prescindible. Algo tiene que cambiar. Lo dijo Maquiavelo: Los hombres ofenden antes al que aman que al que temen.
Al abordar la cuestión de si es mejor ser amado o temido, Maquiavelo escribe: «La respuesta es que a uno le gustaría ser lo uno y lo otro; pero debido a que es difícil combinarlos, es mucho más seguro ser temido que ser amado si no puedes ser ambos».
Definitivamente, creo que estoy entrando a una etapa en la que no necesito a nadie que me ame de forma intermitente o que no sepa que quiere, pero sí quiero personas que me ayuden a ser mejor, persona y profesional. Y si alguien duda de mi valor, pues ahí tiene la puerta abierta.
Envíame buenas vibras porque estoy entrando en una nueva era.
M.