Evoluciona tanto, que quienes crean saber todo de ti, tengan que conocerte de nuevo.
Este fue el caption en un post de mi Instagram esta semana. Justo el Día Internacional de la Mujer. Por cierto, un día que jamás olvidaré. Por primera vez fui a una marcha del 8M. La Maira de hace cinco años se hubiese negado rotundamente a asistir a un evento de este tipo, pero la Maira de hoy es una persona completamente distinta. Fue increíble y no puedes imaginar lo bien que me sentí.
Y justamente de eso se trata esa frase. De evolución.
Siempre he pensado que todas las personas evolucionamos por naturaleza, pero en los últimos años me he dado cuenta que no es tan cierto como lo pensaba. He visto y conozco a personas que son las mismas que hace dos, tres o cinco años, con variaciones en sus vidas, pero el resultado es el mismo. También conozco personas que han cambiado muchísimo y son una persona totalmente distinta a la que conocí.
Las personas conectamos seriamente a través de dos cosas: el amor o el dolor. Pero creo casi con una certeza del 100% que es el dolor el que te cambia y es precisamente ese dolor el que te hace crecer.
Los momentos de mi vida en los que yo más he crecido o he tenido un momento de metamorfosis, es precisamente después de vivir un evento doloroso en mi vida. Creo que también se requiere de una voluntad tremenda para decidir transitar un camino diferente al que estás acostumbradx, salir de tu zona de confort y lidiar con la incomodidad que te generan los cambios.
No creo que hoy exista alguien que me conozca demasiado, que me conozca suficiente. Las capas más superficiales por supuesto que sí, soy predecible en muchos sentidos y mis obsesiones me hacen ser tan básica en algunas cosas que es imposible que creas no conocerme. No exagero, almuerzo lo mismo todos los días, pido el mismo café o té a donde voy, los domingos desayuno exactamente lo mismo y hay personas que saben incluso que cartera escogería en una tienda.
Sin embargo, lo admito, puedo ser muy compleja. Pero por primera vez en mi vida siento que esa complejidad va en positivo más que en negativo. Soy la misma persona con los mismos traumas, pero sin duda puedo lidiar mejor con ellos. Se manejar mis emociones mejor que la Maira de hace un año o hace cinco. Y lo mejor de todo, es que he vuelto a enamorarme.
Me enamoré de las cosas más simples que antes no me permitía ver, de los procesos creativos, de mi trabajo, rompí con mis relaciones más imcompatibles (aprendí que no existen relaciones tóxicas, solo personas en conflicto) y descubrí una paz que hace mucho no conocía. Volví a enamorarme de quién soy y de la persona en la que me estoy convirtiendo.
Cuando dejas de cargar un peso que no es tuyo, la vida se te hace más ligera, sonríes más (ahora sonrío más), te quieres más y atraes solo cosas buenas.
Lo que quiero decirte con todo esto es que cada historia de nuestro pasado está atada a la anterior, un hilo invisible las conecta, no son islas incomunicadas, más bien páginas sucesivas en el gran libro de tu vida. Cada persona que hemos amado es consecuencia de la anterior. Cada relación siembra la semilla de lo que vendrá. Tu capacidad de querer —y dejar que te quieran— es la suma de todas. Solo podemos entender y evolucionar como favor a nosotros mismos y a las personas que llegarán a nuestra vida.
Después de la tormenta, después de la prisa, después de que el calor del momento haya pasado, podemos refrescarnos y limpiar los desastres que hemos hecho. Podemos tratar de dejar ir lo que fue.
Si heriste a alguien, también es momento de pedir perdón. De reconectar sanamente si crees que es una persona realmente valiosa, de preservar lo bueno y superar lo malo.
Es justo lo que estoy haciendo y me sienta bien. Intenta probarlo tú también y cuéntame como te va.
Un abrazo.
Maira.
Inspiras mujer😍🥺❤️