El (odiado) ego.
La news de la semana pasada ha dado mucho de qué hablar… hay quienes me han preguntado si a partir de ahora seré mala (lo que sea que eso signifique); hay quienes de hecho se han sentido inspirados por mi forma de pensar y también hay quienes se han quedado con algunas dudas porque siempre habrán personas que lo toman personal.
Esta semana empezó con un cambio de mindset tremendo, porque es como siempre digo: para serlo, hay que parecerlo. Y eso viene con muchos beneficios, porque de alguna forma tu ego recibe dosis de cariño y es precisamente de esto de lo que quiero hablarte.
El ego.
Temido. No tan querido. Y como capricornio (mi signo), con una mala fama tremenda.
Si me conoces o me sigues en alguna red social, me habrás escuchado o leído cuando digo que si quieres estar en política, algo de ego debes tener. Supongo que por esa visión de la política que se tiene de que es elitesca y para unos pocos. Lo mismo ocurre con los negocios y creo que también los deportistas tiene mucho de esto.
Pero, ¿Por que lo vemos mal? bueno, pongamos algunos ejemplos famosos: Cristiano Ronaldo, Elon Musk, Nayib Bukele, Kim Kardashian, Miranda Presley enn el Diablo viste a la moda… y ni contar de las personas no tan famosas que seguramente tu y yo conocemos.
Hace unos días estuve conversando sobre el ego con una persona que conozco muy bien y que es una de las personas con más ego que conozco. Quiero entenderlo, quiero incluso tomar lo que puedo para mí. Esta persona puede ser arrogante y puede ser tildado de egoísta. Es también difícil de comprender para sus personas más cercanas, tiene mucha máscaras y es una persona con muy poca inteligencia emocional. Pero aún así, con todo esto, le va muy bien en la vida. Y aquí su explicación:
El ego es lo que te salva cuando las cosas no van bien.
Que pedazo de frase. Apenas la escuché la escribí porque necesito recordarlo siempre. Y es que no puedo estar más de acuerdo.
Creo que el ego es como un casino, la casa siempre gana. Es curioso que las personas con más ego que conozco son todos hombres… o no lo es, de hecho, es bastante lógico.
El ego puede ser un gran aliado y ha sido mi gasolina estos días. Es lo que me está permitiendo no ver a los lados para no desenfocarme, me ha dado una confianza aún más grande y me ha permitido mostrar otra faceta de mí. Rara vez hablo sobre mi trabajo y cuando lo hago suelo limitarme. Lo curioso es que siempre le digo a mis clientes y a cualquier persona: lo que no comunicas no existe.
Así que a a predicar con el ejemplo.
En mis relaciones personales, el cambio está siendo radical pero de nuevo, estoy manteniendo mi esencia. Estoy volviendo a ser un poco más cerrada (más) y me he vuelto mil veces más desconfiada. Puedo parecer arrogante pero tengo claro con quién tengo que serlo. Aquí otro consejo no pedido: no seas arrogante con alguien que te trata bien, sé arrogante con alguien que se cree superior a ti o alguien que no sabe como tratarte.
Vuelvo a parafrasear al increíble Maquiavelo, por cierto, mi gurú en la universidad… por algo me decían La dama de hierro. Entre ser amada y ser respetada, quiero ambas, pero si no se puede, prefiero ser respetada.
No creo que puedas amar a una persona que no respetes. Y yo, prefiero mil veces tener respeto que un falso amor. Son muchas las personas que estando en pareja buscan validación en otro lado porque necesitan de esas inyecciones de ego para sobrevivir a la relación, pero de nuevo: no puedo respetar a alguien que prefiere sobrevivir a vivir en una relación.
Otras personas usan inyecciones de ego en otro sentido, yo por ejemplo, lo hago cuando compro en Dior, Tommy H., Chanel o Gucci. Cuando alguien halaga mi cerebro más que mi belleza o cuando me tratan como una verdadera joya de la Corona.
¿Es malo el ego? no creo. Creo que lo malo es siempre llevarse a cuestas a la gente sin tener una pizca de responsabilidad afectiva. Y no, no cuenta decir: “yo te lo dije” o “yo te lo adevertí”. Eso es lavarse las manos para evitar asumir tu responsabilidad.
¿Y que si me preocupa que la gente me critique por cambiar? la crítica es inherente al cambio. No me lo tomo personal ni me tomo el tiempo para pensar en eso.
Vamos a seguir cambiando, al menos yo. Y cuando nada es seguro, todo es posible.
La clave está siempre en ser introspectivo y resiliente. Creo que las personas somos orugas esperando nuestra metamorfosis. Y no siempre se ven de color rosa, creo que hay personas que deberían experimentar el ego y todo lo que conlleva vivir con ello. En mi caso, ego siempre he tenido, solo necesitaba abrazarlo.
Vivamos otra semana y te contaré como me va.
M.