BIENVENIDA
No podría estar más feliz de iniciar esta carta con la llegada de mi estación favorita: el otoño. Siempre he tenido la sensación que es la estación de la melancolía, del cierre de ciclos, de la transición y de las despedidas. Aunque no necesariamente sea una estación triste, de hecho, tiene unos colores increíbles, esa mezcla de verdes, narajas, amarillos y rojos, dignos de una postal (¿se me nota lo mucho que amo el otoño?).
Como lo dije en las stories de Miss Política, esta carta es más bien íntima, un espacio para conectar con ustedes desde lo más profundo y por supuesto, que me conozcan más allá de lo político o de lo social a los que están acostumbrados.
He titulado a esta carta “Bienvenida”, no solo porque se trata de la primera que probablemente leas (y digo probablemente porque ya he escrito varias por aquí), sino porque es mi propia bienvenida a ustedes, al otoño y esta nueva etapa escribiendo. Espero que les guste tanto y se queden conmigo por mucho tiempo.
No puedo continuar sin antes contarles la razón por la que escribo estas cartas, y es que es más bien una catarsis y un proceso personal. A menudo vemos en redes sociales caras felices, momentos muy ‘lifestyle’ y frases inspiradoras, pero lo cierto es que solo mostramos una muy pequeñita parte de nuestra vida, y por lo general, es la versión más aceptable de lo que creeemos que nuestros seguidores deberían ver. Estas cartas, son mi versión bonita y no tan bonita de la vida, de mi vida.
Tengo que admitir que mientras escribía esta carta no estaba en mi mejor momento, no fue mi mejor día, acababa de cerrar un ciclo importante en mi vida. Por suerte, Berlín Bukowski estaba conmigo y la casa no se sentía tan grande, aunque las canciones de Pablo Alboran, Sabina y Adele, dijeran lo contrario.
Esta es también una etapa para lo nuevo, si te preguntas que hacer con lo que aún no sabes que vendrá, esto te puede venir tan bien como a mi: “Siempre hay ciudades y libros y músicas y películas a los que llegar por primera vez, que lo toman del todo por sorpresa, despertándole la limpia pasión de admirar y aprender… Un cierto grado de escepticismo es inevitable con el paso del tiempo, pero no hay nobleza en el cinismo. Que tú hayas perdido la capacidad de apreciarla no quiere decir que la belleza ya no exista”. Este texto de Muñoz Molina lo leí en el momento adecuado.
🏹Palabras acertadas
Solamente con las manos vacías podrás agarrar algo nuevo.
La Sociedad de los poetas muertos.
No solo es una de mis películas favoritas, sino que la primera vez que escuché esta frase fue un balde de agua fría a todo lo que me ha costado en la vida: dejar ir.
Puedes verla en: Netflix o Prime Video.
🎶Una canción
I follow rivers es una de las canciones que más escucho en estos días, por alguna extraña razón me encanta aunque me genere cierto grado de melancolía. Pero no importa, porque todos los que me conocen, saben que soy fan de las canciones tristes.
⚡️Un artículo que me dejó pensando
Un millonario de 22 años que hizo su fortuna gracias al Bitcoin quiere que los republicanos abandonen sus iPhones por un teléfono que espera convertir en una herramienta política. Lo llama El teléfono de la libertad.
🤔Una duda
Esta semana hablé sobre Nayib Bukele a propósito del inicio de la Asamblea General de la ONU, el pasado martes. El llamado presidente Millennial que se ha nombrado a modo de (mal) chiste “El dictador de El Salvador”, terminó la semana renombrándose “El dictador más cool del mundo mundial”.
¿Twitter no debería penalizar estas prácticas tal cuál lo hizo con Donald Trump? y es que el problema no es que haga un uso sarcástico de su comunicación política, sino que sus acciones indican un red flag que ya conocemos en países como Venezuela o Nicaragua.
Una imagen
Otoño en casa.
✨Datos que hacen el mundo interesante
De todas las locuras colectivas de la historia, que son muchas, encontré esta. Creo que es un dato bastante conocido, pero por favor, permítanme pensar que tuve el descubrimiento del año. Después de la llegada de Colón a América, los europeos descubrieron la existencia de las piñas y lógicamente perdieron la cabeza. Las intentaron cultivar de manera autóctona sin éxito, así que las que se importaban eran tan caras que solo podían ser compradas por la realeza. Antes de comerlas se exponían en fiestas y banquetes, como símbolo de poder.Y ahora viene lo mejor: las piñas también se alquilaban. Por un precio reducido, tú podías presumir de una piña en una fiesta y después devolverla a la empresa de alquiler. En serio, sé que en la historia ha habido mil modas locas provocadas por el mismo afán de ostentación, pero «alquilar una piña»...
Esto es todo por hoy, te deseo un finde bonito y cálido.
PD: si tienes recomendaciones que quieras ver por aquí, házmelo saber. Hagamos de esta, una comunidad de libres pensadores, amantes de la vida y rebeldes con causa.
🏹 Si crees que a alguien más podría gustarle esta carta, compártela.
🚪 Si has llegado aquí por casualidad y te apetece quedarte, suscríbete.
💮 Si quieres acompañarme en mi día a día, sígueme en Instagram.